11 puntos clave del IFT que en 11 años cambiaron a las empresas de telecomunicaciones de México

El IFT recaudó 180,917.8 millones de pesos en diez años para la Tesorería de la Federación; casi tanto dinero como toda la inversión de AT&T en sus nueve años de presencia en México.

 

El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) cumple once años de existencia este martes 10 de septiembre y las probabilidades de que esa autoridad sectorial exista como hasta ahora para dentro de un año, son casi nulas por una iniciativa de simplificación administrativa que empuja el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Si el plan de la Cuarta Transformación para desaparecer al IFT y a otros seis órganos autónomos es aprobado en el Congreso de la Unión y en la mayoría de los congresos estatales, entonces las facultades de este órgano regulador las absorberá una oficina de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT). El IFT correrá la suerte del regulador Enacom de Argentina que mandó intervenir el presidente Javier Milei.

De esta manera, el regulador mexicano en el que Colombia se inspiró para crear una Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) con tantos dientes como el IFT y al que el regulador Ofcom del Reino Unido volteó a mirar por su trabajo en la Portabilidad Numérica, se habrá convertido en historia. Será legendario también que la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) llegó a reconocer el empeñoso trabajo del IFT en la construcción en el Registro Público de Concesiones (RPC), el Banco de Información de Telecomunicaciones (BIT) y el sistema de preanálisis de coberturas de radiodifusión (CPCREL), unas joyas que son envidia de la Osiptel de Perú y la Subtel de Chile.

Y entonces en América Latina sólo quedará la Agência Nacional de Telecomunicações (Anatel) de Brasil como único regulador potente como en su momento fue el IFT, porque en México la 4T nunca promovió a los tres comisionados que hoy le hacen falta al IFT para regular en tiempos del nearshoring y porque hoy tampoco existe otra entidad tan respaldada por la Constitución para defender los intereses mexicanos en materia de espectro, como defendió el IFT en 2017 y 2019, cuando las estadounidenses Sprint y Verizon protagonizaron polémicas historias por las bandas de 2.5 GHz y de 700 MHz en la frontera.

El argumento del gobierno federal para desaparecer al IFT es su costo de operación: 17,752.1 millones de pesos, unos 894 millones de dólares en una década. Esta posición del gobierno de la Cuarta Transformación ha causado polémica en la industria de telecomunicaciones, cuando el IFT recaudó 180,917.8 millones de pesos en diez años para la Tesorería de la Federación, unos 9,110 millones de dólares; casi tanto dinero como toda la inversión de AT&T en sus nueve años de presencia en México o tanto dinero como toda la inversión de un año de América Móvil para los 23 países del mundo en los que opera.

El IFT, un regulador autónomo surgido de la reforma estructural de telecomunicaciones en 2013 para reemplazar a la Cofetel y con mayores atribuciones en competencia económica, regulación y sanciones por el aprovechamiento del espectro radioeléctrico, llega a su cumpleaños 11 con un trabajo que ha permitido una baja del 32% en los servicios de telecomunicaciones durante una década y conectado a 51 millones de mexicanos a Internet, aun cuando de enero del 2018 al mes de agosto del 2024, la inflación acumulada para la economía mexicana en su conjunto fue del 37.67%, los tiempos de la 4T.

El IFT causa amor y odio desde la perspectiva del operador que se trate u organización relacionada con el sector que observe.

El IFT fue la autoridad que dividió a Telmex en dos y la misma que le brindó libertad tarifaria a esa compañía. Fue quien ordenó también la venta de Fox Sports; la que sopesó obligar a AT&T a vender su participación en Sky y la que se mostró inflexible cuando Radio Centro no pagó a tiempo por su cadena de televisión.

También fue la autoridad que declaró dominantes a Televisa y Megacable en televisión de paga. Es la que negó una concesión de televisión para América Móvil y la que recibió las concesiones que Telefónica revirtió por caras. Y fue la autoridad que vio los declives de Sky y Dish en televisión de paga, porque los usuarios ahora miran video de otras maneras.

Y algunas voces en la industria sostienen que también fue débil, porque vaciló en una oportunidad importante para regular sobre criterios de audiencias o cuando intentó empatar licitaciones de espectro para apoyar a Altán Redes, en este y en el sexenio pasado.

En la década de este regulador sectorial, nadie olvida que lo feo del IFT estuvo cuando en su interior se cobijó la idea de fusionar en uno mismo a todos los órganos autónomos. Pero tampoco nadie pasa por alto que el IFT de México y la Anatel de Brasil ganaron un pulso a la FCC de Estados Unidos por el uso de una banda de espectro para el Wi-Fi 6, un estándar que en el futuro próximo redefinirá la conectividad como se conoce hoy, aunque para entonces no exista más un IFT.

Y mientras el Congreso de la Unión discute la reforma de simplificación administrativa que se traduce como la muerte del IFT, estos son 11 hitos que destacan del trabajo del IFT con impacto directo a las empresas que regula, de cara a su onceavo aniversario y con apoyo de la reforma constitucional del 2013. Son 11 hitos muy sonados, envidiados y copiados por más de un regulador del mundo:

Establecimiento de un gobierno digital, que ahorró costos a las empresas en la presentación de trámites a través de una ventanilla electrónica y en la impartición de talleres y asesorías, entre otras acciones. Los concesionarios pequeños pueden ahora conocer con una alerta si su concesión está próxima a vencer.
Creación del Registro Público de Concesiones (RPC), el Banco de Información de Telecomunicaciones (BIT) y el sistema de preanálisis de coberturas de radiodifusión (CPCREL).
Lineamientos del must-carry / must-offer, que significa que los gigantes de la televisión abierta (Televisa y TV Azteca) se obligan a permitir que cableros retransmitan gratuitamente sus señales nacionales en televisión de paga, lo que en materia de empresa también empuja la competencia del mercado.
Transición a la Televisión Digital Terrestre (TDT), con la recuperación del espectro de los 600 MHz, ahora para su licitación en servicios de 5G masivos y para sector productivo. Con el IFT, México fue el primer país de América Latina en reordenar este espectro.
Publicación anualmente del Programa Anual de Uso y Aprovechamiento de Bandas de Frecuencias.
Regulación asimétrica para Telmex-Telnor / Telcel, política regulatoria que, también gracias a inversiones propias, permitió a los competidores ganar 11 millones de cuentas de banda ancha.
Redefinición de separaciones de espectro en la banda de FM, de 800 KHz a 400 KHz, lo que permitió que 47 estaciones de radio AM pudieran migrar a la FM de todo el país.
Revisiones bienales para Televisa y América Móvil, con el fin de añadir, quitar o actualizar su regulación asimétrica respectiva, cuyos impactos los resintió toda la industria.
El IFT licitó una cadena nacional de televisión de 123 canales y luego hizo otra licitación de 32 canales de televisión regional. También concursó 249 estaciones de radio comercial. Y aparte entregó diversas concesiones para radio indígena, social, pública y comunitaria, y entre ellas están las concesiones de una radio afromexicana y de un operador de telecomunicaciones de Oaxaca que en su momento se conoció como “el cuarto operador móvil” de México. Y al mismo tiempo habilitó la multiprogramación del espectro de radio y televisión, para la originación de nuevos conceptos, lo que impactó a la competencia del mercado y la pluralidad de contenidos.
Creación del Comité 5G de México, para el mejor aprovechamiento de las oportunidades que brinda esa tecnología y también lo abrió al público y distintos sectores productivos.
Creación del Sistema Nacional de Información de Infraestructura.
Estos son 11 hitos del trabajo regulatorio del IFT que impactaron directamente a las empresas de los sectores de telecomunicaciones y radiodifusión, si bien existen otros momentos destacables del regulador como los lineamientos para que los operadores móviles virtuales no dejen “colgados” a los usuarios, y la incursión del IFT en temas de inteligencia artificial y ciberseguridad, al mismo tiempo que planea su primera licitación 5G. Esto es parte del trabajo regulatorio del IFT, un regulador considerado por la Unión Internacional de las Telecomunicaciones como un regulador de quinta generación.

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