Adiós a los autónomos, el gran revés a la competencia y transparencia en México
El desdén del presidente Andrés Manuel López Obrador hacia los órganos autónomos del país durante los últimos años culminó con la aprobación de la reforma para desaparecerlos, con el fin de recortar el presupuesto de cada uno de estos y destinarlo a robustecer los programas sociales, bandera de la administración que está por terminar. El […]
El desdén del presidente Andrés Manuel López Obrador hacia los órganos autónomos del país durante los últimos años culminó con la aprobación de la reforma para desaparecerlos, con el fin de recortar el presupuesto de cada uno de estos y destinarlo a robustecer los programas sociales, bandera de la administración que está por terminar.
El pasado 23 de agosto, la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados dio ‘luz verde’ a la eliminación de:
Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT)
Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece)
Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI)
Comisión Reguladora de Energía (CRE)
Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH)
Consejo Nacional de Evaluación de Política de Desarrollo Social (CONEVAL)
Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU)
Los órganos autónomos son entidades públicas responsables de ejecutar acciones específicas que, naturalmente, sean independientes a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, una raíz que permite que las decisiones que se tomen desde cada uno de estos organismos sea imparcial, objetiva y transparente.
Si bien el argumento del primer mandatario en contra de estos organismos han sido el presupuesto que se les ha asignado anualmente y, desde su perspectiva, la falta de resultados y lo ‘innecesario’ de su existencia, especialistas en materia de competencia y transparencia advierten sobre las consecuencias negativas que habrá en diversos sectores por la desaparición de estos.
A esto se suma la intención de López Obrador, que está prácticamente a un mes de terminar su gobierno, de transferir las competencias y facultades de cada uno de estos organismos a dependencias ‘relacionadas’, según los asuntos y tareas a los que se abocan.
Crónica de una desaparición anunciada
Estos tres organismos han sido los principales protagonistas de esta crónica de una desaparición anunciada.
El IFT y Cofece son los reguladores de prácticamente todos los sectores económicos del país, cuya función es regular y generar un ‘piso parejo’ de operación y evitar los monopolios en las industrias, mientras que el INAI es el garante del dos derechos fundamentales: el acceso a la información y la protección de datos personales.
IFT
En su posicionamiento, el IFT defendió los avances en la oferta de acceso y servicios a la población los que, dijo, no hubieran sido posibles sin “el gran valor de los recursos humanos de este Instituto”. Además, destacó a los especialistas técnicos quienes, en calidad de servidores públicos “contribuyen al desarrollo de la Nación, siempre buscando soluciones que amplíen el bienestar de la sociedad”, señaló.
Además, destacó que no se debe olvidar que el actual diseño institucional existe “para hacer frente a importantes adversidades y retos regulatorios que representan intereses políticos y económicos”.
Asimismo, apuntó que “el IFT siempre lo ha buscado hacer con imparcialidad, al límite de sus capacidades, con compromiso, patriotismo y convicción”.
Adiós a IFT y Cofece, una alarma a las inversiones
El avance de la reforma para eliminar a los órganos autónomos, particularmente al IFT y a la Cofece, ya ‘prendió varias alarmas’, tanto de especialistas, industrias enteras y organismos como la International Chamber of Commerce México (ICC México), quien está analizando el futuro de sus inversiones ante la inminente desaparición de entes independientes a los poderes del Estado que regulen a las empresas.
Miguel Flores Bernés, presidente de la Comisión de Competencia Económica de ICC Capítulo México, advirtió que hay una gran preocupación por parte de la ICC ante la incertidumbre tras la desaparición de IFT y Cofece, pues ellos tienen que decidir qué van a hacer con sus inversiones en los próximos años.
El especialista en competencia explicó que, actualmente, la Ley Federal de Competencia Económica que persigue a los cárteles económicos (que son acuerdos entre competidores para subir los precios), que persigue los abusos de dominancia (estas empresas grandes y que abusan de su dominancia) y que también autoriza las concentraciones entre empresas, son revisadas antes de que puedan llevarse a cabo.
Lo anterior, debido a que para ello deben realizarse decisiones técnicas, es decir, basadas en cómo se va a afectar al mercado y si el resultado de su análisis amerita, ya sea una sanción, o impedir que se lleve a cabo una transacción internacional, que puede ser muy grande”, aseveró.
En ese sentido, agregó que se requiere de un análisis cuidadoso con gente muy preparada y competente que además tome decisiones sin una afiliación partidista y no política.