Ganar confianza del mercado y de personas usuarias, reto de la CRT
La emisión de lineamientos y criterios para materializar diversos proyectos establecidos en ley, así como consolidar su rol como nueva autoridad sectorial de carácter independiente, con visión técnica y capacidad de escucha, son algunos de los desafíos que la Comisión Reguladora de Telecomunicaciones (CRT) tiene que sortear para inyectar en el mercado la certidumbre necesaria para reactivar las inversiones, pero también para ganarse la confianza de las personas usuarias.
“La certeza y la claridad en los lineamientos, los planos de licitación, dar protección a los usuarios finales, analizar el panorama como país, ver obviamente el tema de las inversiones para impulsar el crecimiento de las telecomunicaciones”, son algunos de los puntos relevantes que deben enfrentar la nueva autoridad sectorial, destacó Laura Maldonado, asociada de Von Wobeser y Sierra, en la práctica de Telecomunicaciones, Medios y Tecnología.
En entrevista con ConsumoTIC marcó que en el andamiaje legal e institucional anterior, el ya extinto Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) era un órgano autónomo, lo que significaba que en el papel y en la práctica no dependía del Poder Ejecutivo, que además de contar con facultades reguladoras en materia técnica, también era la autoridad sectorial de competencia económica.
Sin embargo, con las reformas a la Constitución en 2024 se generó una serie de cambios sustanciales para los sectores de las telecomunicaciones y la radiodifusión, dando paso a la creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT), de la cual depende la naciente Comisión Reguladora de Telecomunicaciones (CRT).
«Es importante hacer énfasis en que esta agencia depende del Poder Ejecutivo. Ya no hay como en años anteriores, una autonomía. Con la reforma, las facultades del tema de competencia que tenía el IFT se trasladaron a la Comisión Nacional Antimonopolio, también de reciente creación».
Es en este contexto en el que México tendrá que sentarse a renegociar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que ya se vislumbra como una tarea compleja pues las diferencias entre el IFT y la CRT en términos de autonomía son motivo de preocupación a la luz de lo que establece el Capítulo 18 dedicado a las telecomunicaciones en dicho acuerdo comercial.
“Esa independencia que va a conservar la Comisión Reguladora de Telecomunicaciones para el análisis técnico y para poder resolver todos los asuntos, creo que va a ser un tema que se va a tener que informar (en las reuniones de negociación del T-MEC) para que no exista este tema de que podamos estar en un punto que no se cumpla”.
Para Laura Maldonado, la CRT tiene a su favor que buena parte del trabajo que le toca realizar tiene un gran avance, es decir, a diferencia de lo que el extinto IFT tuvo que construir, esta nueva autoridad no iniciará de cero en tareas como entrega de títulos de concesión, trámites y otros asuntos que siguen su curso a partir del andamiaje que en su momento se diseñó y operó por más de una década.
Sin embargo, entre los retos operativos que sí enfrenta la CRT se encuentra la emisión de una serie de criterios y lineamientos para materializar proyectos como el Registro de Usuarios de Telefonía Móvil, que por su propia naturaleza impactará de manera directa en las personas que poseen un teléfono celular.
«Habrá que conocer los lineamientos sobre la identificación de usuarios de telefonía móvil y sobre todo el impacto que tendrán, tanto para los concesionarios, como para los usuarios finales porque sí existe una carga muy importante. Se tendrá que trabajar a marchas forzadas para sacarlos a la brevedad».
La certeza sobre el buen resguardo y la ciberseguridad de los datos personales de millones de personas que formarán parte del Registro de Usuarios de Telefonía Móvil, es otro tema en el que la CRT deberá trabajar con responsabilidad, se mantendrá.
Otro tema clave para la CRT es sin duda la emisión de la licitación de espectro radioeléctrico óptima para servicios de Quinta Generación (5G), y donde evidentemente las condiciones y lineamientos para llevar a cabo a cabo este proceso serán cruciales para las decisiones que tomen los participantes en el mercado.
En materia de conectividad, la nueva autoridad sectorial tiene de su lado una figura relevante para cumplir el objetivo de llevar servicios de internet de banda ancha a cada vez más personas: el pequeño operador; el reto está en las definiciones, criterios y lineamientos que deberán elaborar para hacer posible que estos jugadores presten servicios de uso social o comercial en pequeñas localidades.
«Un punto importante es el tema de la infraestructura. Sabemos que la implementación de infraestructura requiere altas inversiones. Habrá que ver los lineamientos que se van a establecer para que esos pequeños operadores puedan hacer uso con un costo muy bajo para poder conectarse y poder utilizar esa infraestructura».
De hecho, debido a las barreras que enfrenta un operador para acceder a infraestructura y las grandes inversiones que tienen que destinar para su operación, es que muchas pequeñas empresas prefieren ingresar al mercado, no como concesionario, sino como Operador Móvil Virtual (OMV).
En opinión del especialista, la Ley en Materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión no sólo abrió paso a la CRT como nuevo ente regulador, sino a una era de reglas que ahora incorporan nuevas figuras como los pequeños operadores, las plataformas digitales y derechos para personas usuarias y audiencias.
El siguiente paso es observar cómo responderá el mercado y sobre todo la forma en la que el actuar de las nuevas autoridades puede abrir nuevas oportunidades para el sector empresarial en términos de negocios, innovación e inclusión, pero también para que más personas se beneficien de los servicios y derechos que habilitan el mundo digital.
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